por Sebastián Torres / De Media Chilena


Cuando Ezequiel Miralles marcó el tercer gol ante Ñublense, hizo el gesto mundialmente conocido como "Pato Yáñez". Quién sabe a quién, pero quizás lo hizo sólo para desahogarse. Después de unas semanas realmente tensas, el grito de gol de Miralles y de los casi 7 mil espectadores que había en el Monumental se escuchó aún más fuerte que cuando el estadio está completamente repleto.
Era un desahogo. Un respiro, después de tantas jornadas plagadas de sinsabores y episodios desgraciados. El 3-1 que Colo-Colo le propinó a Ñublense descargó un poco el café que le esperaba a Tocalli si el "Popular" perdía esta noche.
Quizás no jugó bien. Es cierto. Pero la otra cosa cierta es que por fin Colo-Colo pudo ser contundente en el área y pudo concretar la mayoría de las ocasiones que se le presentaron.
Ñublense comenzó bien. Manejaba el juego a su antojo, pero Colo-Colo no se dejaba impresionar. Sin embargo, una dudosa falta le dio un tiro libre al elenco chillanejo que Renato Ramos (en posición fuera de juego) cabeceó y clavó en el fondo del área, tras una mala salida del portero Cristián Muñoz. Era el 1-0 para Ñublense y otra vez se comenzaba a escuchar el "Tocalli ya se va" en las tribunas.
Pero era la oportunidad para que Ezequiel Miralles se destapara y al comenzar el segundo tiempo, tras un tiro libre, la pelota se le suelta al portero Jaime Bravo y Miralles, presto en el área, apenas la empuja para poner el empate y el primer grito albo de la noche.
En una jugada casi calcada, José Manuel Rey cabecea en el área tras un córner de Esteban Paredes, otra vez se le suelta a Jaime Bravo y otra vez Miralles sólo tiene que empujarla para poner el 2-1 y un poco de calma para Tocalli.
Pero vendría el gran desahogo de la noche. Miralles solo frente a Jaime Bravo le pega como viene, rebota en un defensor chillanejo y la pelota que se cuela dentro del arco. Era el 3-1 y era el grito en el cielo de todos los hinchas colocolinos presentes en el estadio.
En resumen, Colo-Colo no jugó bien, pero por fin Tocalli y sus chicos pueden tener un ligero respiro antes del crucial duelo que vivirán el próximo sábado, nada más ni nada menos que ante su clásico rival, la Universidad de Chile. Por lo menos, tienen el tubo de oxígeno para poder respirar mejor. Ahora falta que les den el alta.