Clásicos del Recuerdo: Una Gran Final
22:09
Más de 60.000 personas. Una verdadera fiesta del fútbol. Colo-Colo y U. de Chile dirimían al campeón del Torneo de Apertura del año 2006. El partido de ida había terminado 2-1 a favor de Colo-Colo con un impecable tiro libre de Matías Fernández. El partido de vuelta terminó 1-0 a favor de la Universidad de Chile con gol de Luis Pedro Figueroa. El título se definía a penales...mejor vean lo que pasó.
Clásicos del Recuerdo: Colo-Colo 0 - 4 U. de Chile
17:06
8 de Febrero del 2004. Primera Fecha del Torneo de Apertura de ese año. La "U" gana por 4 goles a cero. Rivarola, Iturra y Gioino (en 2 oportunidades) marcaron para los azules.
Un Tubo Lleno de Oxígeno
21:22
por Sebastián Torres / De Media Chilena
La Época Dorada se Acabó
14:27
Invictos por Secretaría
23:57
por Sebastián Torres / De Media Chilena
Fútbol Para Todos
22:39
por Pedro Ruminot / Vendetta.cl
Jugaron Como Nunca Y...¿Qué Más?
11:54
por Juan Manuel López / De Media Chilena
Pobre Unión. Pobre Luis Hernán Carvallo. Pobres de todos esos hinchas que ayer, en el José Amalfitani, eran pocos, pero a ratos parecían un estadio repleto. Estaban enardecidos. Hasta el minuto 89, la sorprendente Unión Española ganaba inapelablemente por 2 goles a 1 (David Ramírez y Raúl "Pipa/Etiquet Men" Estévez anotaron para los rojos) y el equipo de Ricardo Gareca no tenía por donde. Los rojos estaban bastante ordenaditos en defensa y Limenza, a pesar de todo lo que tuvo que atajar, tuvo una tarde/noche relativamente tranquila.
Pero en un abrir y cerrar de ojos, todo cambió. El esfuerzo que la Unión había hecho por 89 minutos se fue a las pailas en 2 minutos. Y en dos jugadas prácticamente iguales: tiro libre desde la derecha de Maxi Moralez, algún suertudo pivoteaba la pelota en el aire y después que pasara lo que pasara no más. Y pasaron 2 cosas fatídicas: en la primera la pelota rebotó en el palo y, con la mala suerte del chileno, volvió a rebotar en Diego Rosende y se coló en el arco. Era el 2-2 para Vélez. Y en la segunda, pivoteó Otamendi y el balón cayó casi de suerte en la cabeza de Rolando Zárate. 3-2 para Vélez y amargura para Unión Española.
Gareca celebraba como enajenado. No era para menos. El equipo de Carvallo se había plantado de igual a igual en la cancha de Liniers ante el actual campeón argentino y David Ramírez (de paso discreto por el clausura chileno) se transformaba en una figura rutilante, anotando un gol y asistiendo al Pipa Estévez en el otro, tras un magistral contragolpe encabezado por él. Pero nada de eso funcionó. Vélez luchando hasta el último consiguió llevarse una victoria que puede ser clave en la serie.
Quizás los 2 goles de visita puedan servir de algo para Unión. Pero imagino que a Carvallo y a sus muchachos aún les sigue dando vueltas una famosa frase en sus cabezas: "jugamos como nunca y perdimos como siempre".
El Héroe de Siempre
12:49
por Sebastián Torres / De Media Chilena
Era casi la 1 de la mañana y el partido entre Nicolás "Maximus" Massú y Stefan "Jack Bauer" Koubek parecía no avanzar. Era el cuarto set (ganaba Nicolás por 6-4, 4-6 y 6-4) y la noche se hacía cada vez más y más larga. El partido llegaba a las 4 horas y nosotros (los inocentes espectadores) no veíamos por dónde se podía vulnerar al porfiado tenista europeo. Disfrazado de Thomas Muster (el notable tenista de la misma nacionalidad), Koubek quería demostrar que podía silenciar a la Medialuna de Rancagua, por todos los medios posibles. Entre más apremiado se veía, mejor jugaba. ¿Qué se podía hacer? Quizás nosotros teníamos la respuesta, pero por una pantalla de televisión no se le podía decir a Massú que es lo que había que hacer. Y de pronto, el frio de anoche se volvió casi congelado cuando vimos a Nicolás desplomarse en la cancha con una mueca de dolor. El silencio se hizo latente. La angustia se respiraba en cada sector de mi casa (por lo menos). Podíamos ver que se venía lo peor.
El público en Rancagua no daba más. En la tarde ya había sufrido con Paul Capdeville, que cayó por 7-6(2), 4-6, 6-2, 5-7 y 6-4 ante Jurgen Melzer, y ahora estaba sufriendo con el eterno héroe. Pero no había que quedarse callados. El público así lo entendió y un estruendoso "¡Olé, olé, olé, olé! ¡Nico, Nico!" comenzó a escucharse con fuerza en la Medialuna. Y Massú, tras escuchar esos gritos de guerra, volvió con todo a la lucha, con la premisa de escribir una página más en la historia del tenis chileno.
Ya eran casi las 2 de la mañana y los puntos se volvían incesantemente largos. Cada punto era una angustia eterna. Cada punto de Koubek era acumular más y más rabia en la sangre, pensando en que después vendría un punto de Massú que serviria como un desahogo gigantesco. Y así paso. Koubek tuvo tres posibilidades de quebrar y, con eso, servir para llevarse el partido. Pero Nico dijo otra cosa y siguió extendiendo más y más el partido. Se cumplían las 5 horas de match y el cuarto set se iba a un tie-break. Era ahora o nunca. Era el momento para sellar una noche dramática.
Comenzó bien el Nico, llevándose el primer punto. Pero no supo sobrellevar la presión y perdió los 2 puntos siguientes. Su polola, Dayane Mello, y su madre, la tía Sonia, sufrían como nadie. Solabarrieta gritaba una y otra vez su clásico "¡Vamos, Nico, que se puede!" y nosotros, en nuestras casas, listos para dormir, veíamos como Nicolás perdía esos 2 puntos y lo alentábamos más.
Una serie de errores de Stefan Koubek (por fin) le dio la ventaja a Massú por 6-3 en el tie-break. Tres puntos de partido. Ahora era el momento...pero no se pudo. Koubek igualaba la cuenta a 6 y todo volvía a estar igual de tenso que al principio del tie-break.
Pero el cambio de lado parece que aleonó más a Nicolás. Entró con todo, se llevó un punto para ponerse 7-6 y esta oportunidad sí que no había que dejarla pasar. Ahora sí había que cerrarlo...y por fin lo logró. El revés de Koubek que se quedaba en la malla y Massú tirado en la cancha. Tirando el gorro. Como en muchas de esas jornadas gloriosas. Con la mirada perdida y con el equipo rodeándolo para celebrar. El equipo austríaco que felicitaba, hidalgamente, al equipo chileno y al público, y el eterno "Yogur de Mora" descorchando la champaña desatando la fiesta en la fría noche rancagüina. Y Massú que tomó el micrófono para despacharse unas frases para el bronce: "¡Les agradezco el apoyo que me dieron porque estaba raja!" y "En la vida nada es imposible...¡nada hueón! ¡Ni una hueá!". Además, Massú expresó su deseo de que vuelva González "para que volvamos a ser un equipo (...) dejemos de lado las diferencias".
Y luego, a celebrar. Total, es su fiesta. Que venga el que sea. Ojalá Israel, para esa dulce revancha.
Nos Taparon La Boca
11:15
por Juan Manuel López / De Media Chilena
No me pueden decir ahora que hubo gente que les tenía fe a Nicolás Massú y Paul Capdeville. Tras la ausencia de González, todos pedíamos que la serie ante Austria fuera una muerte rápida, sin dolor y sin sufrimiento. Un 5-0 rápido, para que todos volviéramos a las fondas a pasar las penas con una buena carne asada, una buena empanada y un gran vaso de chicha. Pero estos muchachos nos taparon la boca. Y nos dieron 2 grandes motivos para ilusionarnos con la permanencia en el Grupo Mundial de la Copa Davis.
Primero, Massú había empezado mal. Se notaba en su lenguaje corporal que tenía una mente derrotista, al igual que todos nosotros. Pero en el octavo juego del primer set, se notó que el héroe olímpico había cambiado el chip: le quebró el servicio a Jurgen Melzer y, a pesar de que no sirvió de mucho para la manera en que terminó el set (6-4 a favor del austríaco), se notó que en el viñamarino hubo un cambio de actitud notable.
La "Tía Sonia" y la polola del "Nico" lo apoyaban en la tribuna. Y él les retribuyó ese apoyo a ellas y al público que llegó a la Medialuna de Rancagua (casi 7 mil personas) con la garra que lo caracteriza. Sí, fue un juego irregular, pero en los momentos claves, Massú supo aprovechar su leve ventaja y, en base a coraje, corazón y buen juego, se llevó los 3 sets siguientes por 6-4, 6-4 y 6-3. Alegría para el Nico. Alegría para Gildemeister. Alegría para la gente de la Medialuna y alegría para todo Chile. El primer punto, el que nadie esperaba, era para nosotros.
Un rato después, Paul Capdeville debía demostrar por qué es el número uno de Chile en esta serie. Todas las fichas estaban puestas en el de Vitacura, que debía derrotar a Stefan Koubek para dejar la serie 2-0 a favor de Chile.
El comienzo fue alentador. Capdeville demostraba un juego sólido, Koubek no le encontraba la vuelta al partido y el tenista nacional se llevaba los dos primeros sets, ambos por 6-4. Pero algo pasó en Capdeville o en el juego de Stefan Koubek. El chileno estaba medianamente congestionado y eso le pudo haber ayudado al austríaco para subir su nivel y llevarse las 2 mangas siguientes por 6-3 y 6-1. Y así todo se iba a un dramático quinto set.
Qué más dramático pudo haber sido el ultimo parcial. Capdeville estaba totalmente acalambrado y Koubek no daba para más. El set comenzó con un quiebre de Capdeville, pero el europeo lo recuperó inmediatamente y, de paso, le robó el servicio al chileno.
Luego de esto, el público que quedaba a esa hora en la Medialuna (casi la medianoche) hizo su trabajo y alentó con todo al chileno, que les retribuyó ese cariño recuperando su juego de saque y nuevamente quebrándole el propio a Koubek.
Sólo quedaba jugar el último juego con el servicio de Paul. Y el último punto, con un smash y una devolución que se fue bastante ancha, sirvió de desahogo para Capdeville, Gildemeister y todo Chile. Y Paul, acalambrado, lo primero que atinó a hacer fue tomar un micrófono y decirle al público: "Muchas gracias por todo".
El perfecto regalo para un 18 de septiembre completamente feliz.
Camiseteros
20:59
por Sebastián Torres / De Media Chilena
Apenas terminó el partido entre J.M. Del Potro y Roger Federer, fui al diccionario y busqué el significado de la palabra "xenofobia" y el librito mágico me dijo esto: "odio, hostilidad hacia los extranjeros en general".
Lo que yo siento en este momento no es un odio hacia los extranjeros. De hecho, ni siquiera odio. Lo que siento es una impotencia de esas gigantes, mezclada con un poco de envidia. Y no a los extranjeros, sino que a la gente de la transmisión oficial del US Open. Específicamente la señal latinoamericana de ESPN.
Ya. Está bien. Del Potro mostró solidez por donde se le mire. Quizás le faltó esa solidez en el primer set y eso hizo que los hinchas de Roger Federer (me incluyo) nos ilusionáramos con un nuevo título del suizo en la Gran Manzana. Pero Del Potro dijo otra cosa y terminó por llevarse el US Open, repitiendo el logro de Guillermo Vilas en 1977 (logro que ESPN nos enrostró cuantas veces pudo). Pero este no es el punto, porque Del Potro ganó bien y lo felicito.
El punto es que, para todos nosotros que vemos una señal deportiva "latinoamericana", nos cae como patada en las pelotas la excesiva imparcialidad de los pseudo-periodistas que transmiten un partido de tenis (sobretodo) de un argentino. Una hora de previa, un sinfín de notas, despachos en directo desde una escuela de tenis (que te apuesto que Del Potro no conoce ni a la mitad de los niños que mostraban saltando como yeguas) y, al final, Luis Alfredo Álvarez (el venezolano más argentino que he visto y/o escuchado en mi vida) vociferando como loco: "¡¡Latinoamérica celebra!!".........Perdón, pero yo soy chileno y Chile queda en Latinoamérica. Por lo tanto, soy latinoamericano y yo no estoy celebrando. Y sé que hay muchos más como yo que no están celebrando.
Un poco más de objetividad, señores. Sáquense la camiseta y comenten tenis objetivamente, que están transmitiendo para toda Latinoamérica. No para el pequeño barrio del tenista que gana.
PD: por ahí dije que sentía envidia. Sí, señor. Siento envidia, porque los argentinos tienen a su recambio que, con 20 años, ya está top ten, ya ganó un torneo grande, pinta para histórico y, sobretodo, tiene un juego regular. ¿Y nosotros? Ni siquiera una promesa de recambio.
Entre Trompos y Ratones
11:19
por Juan Manuel López / De Media Chilena
Un par de minutos después de que Mario Aravena anotara el 1-0 de Unión Española ante Colo-Colo, el Monumental comenzó a hervir y a cantar. ¿Canciones de apoyo? ¿El clásico "cuando el equipo anda mal, la hinchada lo hace ganar"? Patrañas. Se cantaba con mucha fuerza un categórico "Oooh, Tocalli ya se vaaa...".
Esto es una clara imagen de lo que vive hoy en día el hincha colocolino. La desesperación, la rabia y la frustración son pan de cada fin de semana entre los hinchas albos. Y no es para menos. Los pupilos de Hugo Tocalli no hacen nada. Literalmente hablando. Quizás en la mitad de la semana se elaboran un montón de jugadas magníficas. Quizás alguna notable serie de paredes entre Macnelly y los delanteros, para terminar en un golazo. Pero, ¿de qué sirve? Al llegar la hora de los quiubos, los albos se apelotonan en el centro del campo, no corren por las bandas (lo lógico, si por el medio nada resulta), les cuesta un mundo atacar y los mediocampistas y delanteros parecen trompos de tantas vueltas que se dan para poder llegar al arco contrario.
En el partido de ayer, se vio con claridad lo mencionado anteriormente. Y todo derivó en un partido asquerosamente malo. A ello contribuyó el planteamiento defensivo que ocupó Luis Hernán Carvallo, técnico de los hispanos: 4 defensas que, a ratos, eran 9, y hacían el juego cada vez más abúlico y lento.
El gol de Aravena pudo haber sido un "premio" a la perseverancia, pero pudo haber sido injusto, considerando que Unión Española no hizo demasiados méritos para llevarse el partido.
Por otro lado, el agónico gol de José Domingo Salcedo (el único que trató de hacer algo en Colo-Colo) fue un castigo al esquema ratonil de Unión Española, pero también fue demasiado premio para un Colo-Colo que no juega a nada.
En resumen, el empate es merecido.
En resumen, Unión Española vino a hacer su pega y no a dar espectáculo.
En resumen, a Colo-Colo y a Tocalli se les vino la noche.
Sigue Amenazando
23:28
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Universidad de Chile sigue con su sólida marcha en el Torneo de Clausura, ya que venció hoy sábado a Ñublense por 2 a 0 en Chillán.
Pese a no jugar bien, los azules estuvieron precisos en los momentos indicados, siendo otra vez Juan Manuel Olivera el artillero de los estudiantiles, anotando en dos oportunidades.
La victoria azul, sin embargo, corrió peligró durante el desarrollo del encuentro debido al ímpetu que mostraron por instantes los locales y que vio su máxima expresión en el minuto 59’, cuando Miguel Pinto, una de las figuras del encuentro, alcanzó a desviar al palo el penal ejecutado por Renato Ramos.
El trámite del partido fue lento y lleno de imprecisiones en líneas generales. Aunque los dirigidos por José Basualdo quisieron tener la iniciativa en los primeros minutos, fueron los de Chillán quienes contaron con las opciones más claras.
Ñublense jugaba de contragolpe y lastimaba a veces a la defensa azul, aunque no lo pudiera hacer con mucha profundidad.
Pero en el minuto 38, Juan Manuel Olivera se hizo presente para los estudiantiles, aprovechando una buena jugada colectiva –la mejor hasta ese momento- abrió la cuenta, que de momento, era inmerecida.
En la segunda mitad, la Universidad de Chile mejoró un poco su juego, pero se vio sorprendida cuando el juez Patricio Polic señaló el punto del penal por una supuesta falta de Mauricio Arias sobre Luis Flores a los 59’.
Miguel Pinto se lució rozando la pelota y desviándola a su palo derecho, con lo que las esperanzas de los rojos comenzaban a desvanecerse.
Ñublense siguió intentando, aunque lo hizo con más ganas que fútbol, mientras que la U se defendía de gran manera, con Mauricio Victorino como estandarte, y esperaba el contraataque para dar el golpe de gracia.
Y fue otra vez el Palote Olivera quien se encontraría con las redes en el 94’, aprovechando el desorden en la zaga local, definiendo ante la salida del arquero y decretando el 2 a 0 final.
De esta forma, los azules suman siete partidos sin derrotas en el Clausura, encaramándose en los puestos de vanguardia, mientras que Ñublense cortó su racha positiva y permanece en la zona baja de la tabla.
Cuento Repetido
11:40
por Sebastián Torres / De Media Chilena
Por pavos. Por pelotudos. Por weones. Póngale el calificativo que quiera, pero pocas veces una derrota ante Brasil ha sido tan frustrante como ésta. Ya, saquen en cara el 5-0 que nos propinó en las eliminatorias pasadas, el 6-1 de la Copa América de Venezuela y el 3-0 que nos dieron en Santiago el año pasado, pero ayer pasó algo que en esas derrotas no ocurrió: Chile jugó relativamente bien.
Da lata pensar que el 4-2 con el que terminó el partido en favor de Brasil, pudo haber sido perfectamente a favor de Chile. Si la defensa no hubiera paveado (como en toda esta pasada clasificatoria) y hubiera estado más concentrada, quizás la historia habría sido otra. ¿O me van a decir que el gol de Julio Baptista fue 100% mérito de él? No, señor. Fue casi un 30% mérito del brasileño, y un 70% error de la defensa chilena (¿no entienden que en esos casos hay que reventarla como sea?). Para qué decir Nilmar, que siempre le ganaba las espaldas a cuanto defensa chileno lo estuviera marcando. No por nada, se anotó 3 goles. Y dos de esos goles fueron malos marcajes de la retaguardia roja.
Al resto del equipo no se le puede criticar casi nada. Quizás su excesiva displicencia al momento de armar las jugadas ("¡suelten la pelota!", gritaba un familiar mío, una y otra vez, anoche), pero siempre estuvieron atentos para poder crear peligro en el arco de Julio César.
Qué ganas de tener esa solidez que muestran los brasileños cada vez que se ven apremiados. Anoche, Brasil tuvo su media hora de gloria en el primer tiempo, pero no más que eso. Luego, Chile estuvo la mayoría del partido dominando la pelota. Incluso, se escucharon unos "ole", de parte de la barra chilena, minutos después del gol del empate de Humberto Suazo.
Por eso es frustrante la derrota. Porque perdimos de puro pavos. Porque fueron errores que ya se habían mostrado en el partido con Venezuela y, perfectamente, se pudieron haber evitado.
Pero bueno. Ahora se viene Colombia. Y un triunfo nos dejaría, por fin, en Sudáfrica. Y nosotros, los hinchas, debemos cumplir con nuestra misión: apoyar con todo.
¿Te presto la calculadora, Diego?
10:44
por Juan Manuel López / De Media Chilena
Groupies
11:29
por Jota Pé, "El Resentido"
Me voy a lanzar con un comentario machista: no sé si la mujer le haga bien al fútbol, principalmente al chileno. ¿Me explico? Ok.
Por ahí entre los años 2000 y 2006 (los anteriores procesos clasificatorios) era difícil ver a mujeres pescando algún partido de fútbol que nosotro veíamos sagradamente todos los fines de semana o, de preferencia, algún partido de Chile. De esos asquerosamente malos que veíamos en esos años.
Sin embargo, era típico ver una que otra calcetinera loquita por el jugador de moda de esa época, pululando por Juan Pinto Durán (¿el Choro Navia podría ser?).
Hoy, los tiempos han cambiado. Cada vez que la Roja de Bielsa tiene algún compromiso y Pinto Durán se transforma en el centro de operaciones de la Selección Chilena, montones de pokemonas, peloláis y demases se agolpan a los portones del recinto, chillando como locas por una caricia de Arturo Vidal, una palabra de Matías Fernández o mechoneándose como yeguas por un beso de Alexis Sánchez.
Yo no tengo problema con eso. Al contrario, me gusta la efervescencia con la que apoyan. Pero, ¿cuál es el problema? El problema es que todas las "groupies" de Alexis, Matías, Mark y tantos otros, no cachan ni una de fútbol. De hecho una vez le pregunté a una groupie: ¿sabes con quién juega Chile la próxima fecha?" (no pregunten el contexto de la consulta). Y la señorita en cuestión me respondió: "no sé, pero si juega Alexis me da lo mismo".
Por esa simple respuesta, me puse a pensar: ¿sabrán estas señoritas lo que es un saque lateral? ¿O un tiro libre indirecto? ¿O una invasión al área? (Nota: una de estas señoritas me dijo que esto último era cuando el público se descontrolaba y entraba a la cancha).
Pero hay peores cosas. Como, por ejemplo, que las groupies juran de guata que algún día estos muchachos los van a pescar. Hacen lo que sea para conseguir sus MSN y después presumen ante todos/as con frases del tipo: "Espérame un poquito, que toy chateando (sic) con el Kalule", o "¡Uy! ¡Me conseguí el MSN de Vidal!", entre otras.
Además, estas señoritas tiene el afán de la protección. ¿Cuál es el afán de proteger a "futbolistas" que no le han ganado a nadie? ¿Cuál es el afán de defenderlo a brazo partido, cuando con suerte jugó 2 o 3 partidos profesionales en su vida y, para colmo, jugando mal?
No voy a dar nombres, pero el aludido ahora "pololea" con una groupie colocolina que ha defendido a brazo partido a su "ídolo", que ahora anda vagando por quién sabe donde.
Bueno, cada uno sabe lo que hace. Por lo menos, desde este momento me declaro en guerra contra las groupies del fútbol chileno.
PD: Perdón, administradores. Tenía que desahogarme.