Juicio Público

En Chile está la costumbre (mala costumbre) de ser más papistas que el Papa. Maestros en hacer juicios públicos a personas que no matan ni una mosca y cometen un error. Y apenas cometen ese error, de repente todos los "jueces" se convierten en blancas palomas. Se convierten en gente santa, pura, sana de mente, que nunca se ha equivocado en su vida. Y se sienten en el derecho de empezar a "tirar piedras", ya que están libres de pecado. Se sienten en el derecho de criticar o enjuiciar al que se les cruce. O al que cometió el error, que, en este caso, es el personaje de estos días: Omar Raúl Labruna.

El caso de Labruna es raro. Yo no soy quién para enjuiciarlo, por lo que ya expliqué. Además, los antecedentes están a la vista: mintió en decir que era su señora la que manejaba, corre el rumor de que habría estado en un "leve estado etílico" y además se investiga un supuesto cohecho con los funcionarios de Carabineros que le cursaron el parte.

Pero, ¿por qué seguir insistiendo, majaderamente, todos los días con el temita de Labruna? ¿Para qué seguir dándole en el suelo? ¿Mató a alguien? ¿Acaso nadie más choca otro auto en Chile? ¿Acaso nadie miente?

No creo que sea adecuado caer en las comparaciones con los casos de Johnny Herrera. Es más, no hay para qué, ya que son sucesos diametralmente opuestos. Lo que sí me gustaría notar es el énfasis mediático que se le dieron a ambos personajes: mientras a Herrera lo piden en la selección, a Labruna poco más piden que sea exiliado del país. O sea, con uno mezclan el fútbol y con el otro no.

Insisto: el show mediático y el excesivo juicio público que se le está haciendo a Omar Labruna es demasiado. Cometió un error, como todos lo hacemos. Reconoció su error, como pocos lo hacemos. Ahora, que asuma no más. Y que le de explicaciones a la gente que corresponde: a la justicia o, a lo más, a Blanco y Negro.

Y si el periodismo empieza con lo de "deberíamos estar hablando de fútbol", no reclamen. Ustedes empezaron

Carta Abierta a Fernando González


Fernando:


Para los chilenos fanáticos del tenis, esta debe ser una de las semanas que menos esperábamos que llegara: la semana de tu retiro. Me imagino que debes estar, ya en EE.UU., instalado para enfrentar el último torneo de tu carrera con sentimientos encontrados: con la alegría de poder despedirte en el torneo que quisiste, con la gente que querías y con la sensación del deber cumplido, y con la tristeza de dejar, por lo menos en la competencia, el deporte que amaste en tu vida. El deporte que te lo ha dado todo. El deporte con el que nos diste tantas alegrías durante más de 10 años.
Sé que a varios se nos vienen momentos imborrables a la cabeza: las hazañas en los Juegos Olímpicos de Atenas y Beijing; los títulos en Dusseldorf en el Mundial por Equipos; ese torneo impresionante en Australia 2007, donde solo el mejor Roger Federer te pudo detener; la victoria ante el mismo Federer en el Masters de Shangai de ese mismo año; el Roland Garros de 2009...entre tantos otros.
Qué raro sentir que ya llegó el momento de tu retiro, gracias a esas lesiones malditas que te impidieron seguir disfrutando el tenis como siempre lo hiciste. Es raro pensar que será la última vez que te veremos en un torneo importante, empuñando una raqueta y jugando todos los puntos como si fueran los últimos.
Sé que a muchos nos gustaría verte, en tu último torneo, llegando al día de la final y alcanzando el título. Asumo que sería la despedida perfecta...pero creo que sería mucho pedir. Lo único que tengo por seguro es que disfrutarás este torneo como cualquier otro y que tendrás a toda la gente apoyándote en las tribunas. Y a un país pendiente de lo que puedas alcanzar, como siempre lo hemos hecho. Y a tu familia, que desde el comienzo de esta aventura estuvo apoyándote en todo momento.

No espero que ganes este torneo. Espero que lo disfrutes. Que lo pases bien. Y que puedas ponerle el broche de oro a una carrera exitosa, allá en Miami, la ciudad que te cobijó en tus inicios. Y te esperamos acá en Chile, para que puedas tener tu merecida despedida junto al pueblo que te apoyó durante tus más de 10 años de carrera.

Se despide

Un hincha del tenis