Este Cuento se Acabó

Corrían los minutos finales del derby español, cuando Fernando Gago le plantó una grosera patada a Lionel Messi. Lo peor es que quedó impune.
La patada fue una clara muestra de la desesperación de un elenco merengue que se vio sobrepasado en la mayoría del cotejo por un Barcelona simple, directo y efectivo. Nada más.
Fue un partido en el que se pusieron demasiadas expectativas. Y no era para menos. El Real Madrid y el Barcelona llegaban a este partido igualados en puntaje y ambos en la cima de La Liga. En otras palabras, este partido era el definitivo para marcar la tendencia de quién será el que se ponga la corona al final de la temporada.
El elenco catalán no destiñó y cumplió con el cartel de favorito que se le daba en la previa del cotejo. Lionel Messi no estuvo brillando como en otras jornadas, pero si fue eficiente para marcar una de las pocas ocasiones que se le presentaron, recibiendo la pelota con el pecho (no con la mano, como dijeron por ahí) y definiendo ante la salida de un Iker Casillas que poco y nada pudo hacer ante el remate del argentino. Era el 1-0 para el Barcelona y los pocos hinchas presentes en el Santiago Bernabéu gozaban con el marcador.
En frente, el Real Madrid se mostraba apagado. Raro, porque aún se le sigue enrostrando al Real Madrid la cantidad de millones que han invertido en traer gente de "categoría" a reforzar la plantilla, sin que estos siempre respondan. Caso aparte el de Rafael Van der Vaart, que jugó poco y nada.
Lo peor, es que se refuerza la delantera, pero no la defensa. Y he ahí el problema. En la mayoría del partido, la defensa del Real estuvo dando jugo. Y prueba de ello, fueron los 2 goles, sobretodo el primero, que por andar paveando, Messi dijo "permiso" y entró para marcar el primero. La lata es que todos los dardos le llegan a Pellegrini y no a los jugadores o a la dirigencia.
¿Y por qué echarle la culpa a Pellegrini, si el equipo que se paró frente al Barcelona fue practicamente el mismo que la semana pasada venció al Racing de Santander? Dejo la pregunta planteada.
La cosa es que Pedro sentenció el partido a favor del Barcelona a 10 minutos del final del partido. El Real, Pellegrini y Cristiano Ronaldo se quedaron sin pan ni pedazo y, para más remate, el equipo catalán les pintaba la cara tocando y tocando frente a sus narices, sin que el elenco madridista pudiera hacer algo. A minutos del final, la mayoría de las 90.000 personas que repletaron el Bernabéu ya iban camino a sus casas y solo quedaban unos pocos que aún tenían un poquito de ilusión.
Pero no era tiempo para ilusiones ni para mentiras baratas de cuentos. Guardiola, Messi, Xavi y compañía ya habían hecho su pega.
Ahora, a 3 puntos de distancia, las cosas para el Real Madrid de Pellegrini se ven muy complicadas. Por ahora, el cuento parece haber terminado.

¿Quién dijo "clásico"?

Si me demoré en escribir algo sobre el pobre partido visto la mañana-tarde de ayer en Coquimbo, fue porque todavía no podía creer que un partido con tamañas expectativas y un morbo tan alto (por la presencia del Fantasma Figueroa y Hugo Tocalli en las bancas, dos técnicos bastante cuestionados en los últimos días), se jugara a un nivel tan bajo.

Lo lamentable es que el público respondió, sobretodo por la (extraña) hora a la que fue programada este "clásico", si es que podemos llamarlo así.
Pero si me centrara en un análisis exhaustivo de un partido como este, sería absolutamente monotemático. Porque diría a cada rato que la UC fue mezquina en el desarrollo del partido, aunque con mucha razón. Si le expulsaron al Chupalla Fuentes en la primera jugada violenta del partido, lo más que podía hacer el Fantasma era resguardarse en su campo y esperar el contragolpe, cosa que a ratos resultaba, pero sin éxito.
También diría a cada rato que Colo-Colo jugó con 10 más de la mitad del partido, por la presencia de Claudio Graf. Con todas sus letras, ¡QUÉ JUGADOR MÁS MALO, POR DIOS! No puedo creer que un jugador con esas carencias técnicas y poca capacidad de definición esté jugando en uno de los clubes más grandes de Chile. Y lo peor es que no puedo creer la fe ciega que tiene su técnico, Hugo Tocalli, de ponerlo cuando se le pegue la gana. Incluso de titular. ¿Por qué no recurrir a la cantera, con jugadores como Phillip Araos y Yashir Pinto? Nadie entiende.
El partido se hizo lento. A ratos, tedioso. Fome. Aburrido. Sin chispa, sin sorpresa. Uno esperaba que los jugadores hicieran una cosa, que tocaran a un compañero, que los que jugaban en las bandas se abrieran para recibir un balón con ventaja, algún centro bien dirigido, pero hacían todo lo contrario.
Al final del partido, Colo-Colo aceleró un poco más la maquinaria, pero se encontró con ese muro infranqueable llamado Paulo Garcés, y una defensa bien ordenada, compuesta por Waldo Ponce, David Henríquez y Rodrigo Valenzuela (que cubrió la mayoría del partido el puesto dejado por Ismael Fuentes).
Y el partido se basó en eso. Un aburrido empate sin goles fue el corolario de una tarde en la que muchos madrugaron con la esperanza de ver un partido intenso, pero se quedaron con las ganas.
Y, como conclusión, con este tipo de partidos uno se da cuenta del por qué estos equipos son los únicos que están dando bote en la Copa Libertadores. En el partido de ayer, estuvo la respuesta.