Jo Jo Jo

por Sebastián Torres / De Media Chilena


A ver...lejos del deporte, hoy quisiera dedicar unas palabras del corazón, alejándome un poco de la rigurosidad recurrente en este blog.
Espero que la pasen bien con sus familias, con los que tienen cerca, que dejen las envidias de lado (no envidie hoy la ropa de sus hermanos, suegros, padres e, incluso, la de su mascota), olvídense del odio y denle un cínico abrazo a aquel familiar que odien...o si quieren se lo guardan para el Año Nuevo. Problema suyo. Si no les regalaron lo que querían...no me queda más que decirles que CAGARON no más; esperen hasta el otro año si hay mejor suerte. Si les regalaron algo que no esperaban, atesórenlo y sáquenle pica al familiar de turno que no haya recibido nada. Y si simplemente no les llega nada, descargue su ira contra su hijo, hermano, sobrino o primo menor de 10 años diciéndole que el viejo comunista que viste de rojo todos los 25 de diciembre simplemente NO EXISTE.
Revise bien bajo el árbol Made in Taiwan, Made in China o Made in Patronato y si hay algún regalo sin nombre, quédese con él (aunque sea un vestido para la abuelita, de ahí le puede sacar su dinero extra).
Desee lo que quiera. Sea la paz mundial, sea el fin de los flaites, sea el fin de "Yingo", sea el campeonato de su equipo favorito, sea el triunfo de su candidato favorito (aunque sea Optimus Prime), desee lo que quiera. Quizás no se les cumpla, quizás si. Pero se queda con la conciencia tranquila de que deseó algo, sea para bien o sea para mal.


Más allá de esas palabras, no me queda más que decirles a todos los visitantes de este humilde blog (que son pocos, pero buenos) que pasen una muy feliz Navidad. Pásenlo excelente junto a su familia, su pololo/a, su amante, su conviviente...lo que sea. Y no piensen tanto en los regalos. A veces un abrazo o un "Feliz Navidad" de una persona a la que quieres mucho se atesora mucho más que algo material.

Feliz Navidad. Esperamos crecer aún más de lo que ya estamos creciendo. Gracias por el apoyo que nos están dando.

Saludos a todos.

Hablemos en Serio

por Rodrigo Goldberg / La Tercera


De una u otra forma la actividad profesional demuestra que ser bueno para la pelota no necesariamente significa ser bueno para el fútbol. De los primeros hay millones. Los segundos, no tanto. Me explico. La habilidad, potencia o ingenio no sirven de nada sin sacrificio y perseverancia. Dejar los amigos de lado, la sana (y no tan sana) diversión, etc.
Mauricio Pinilla nació con un don innegable para jugar al fútbol. Pero no es lo único. Dios le puso en el camino todas las oportunidades negadas una y otra vez a miles de futbolistas chilenos y extranjeros. Mientras algunos jamás han tenido la dicha siquiera de conocer un aeropuerto, al ex azul la suerte toca su puerta una y mil veces, llenando una decena de pasaportes.
He quedado sorprendido una vez más con la poca rigurosidad de algunos periodistas que ya postulan a "Pinigol" a la Selección. El mismo delantero manifestó desde Italia que quiere volver a la "Roja" cuanto antes. Casi como si el cuadro nacional fuera una "novia part-time" que se llama o visita cuando quiere. Parece que la necesidad de noticia es tanta que cualquier cosa es tema.
¿Por qué creo que no puede llegar hoy a la Selección?
En primer lugar, porque Marcelo Bielsa es sumamente respetuoso de los procesos. Teniendo la posibilidad de nominar (aunque él no venga) a David Pizarro, el mejor futbolista chileno del momento, no lo hace. Además no olvidemos que el número de vacantes a Sudáfrica son 6 ó 7. No más.
Segundo, porque dentro de este grupo que logró la clasificación hay varios que tienen cuentas pendientes con el delantero. Los de la "U" y los de Colo-Colo. Solo imagínenselo entrando nuevamente a Pinto Durán y las caras del resto del plantel. Muchos seleccionados tendrían el legítimo derecho de pensar que mientras ellos se sacaban la mugre entrenando, concentrando y viajando, Pinilla se daba la vida del oso.
Tercero, porque el DT rosarino es amante del rigor por sobre el talento. Sin asco dejó fuera a Vidal e Isla. Ambos juegan en la elite del fútbol mundial, pero eso jamás pesó en la exclusión.
No me cabe la menor duda que si hubiera sido ordenado estaría hoy como "9" indiscutido de la Selección. Por sobre Suazo. Lejos el que más calza en este esquema es un centrodelantero grande, potente y muy de área como él. Sin embargo, Mauricio eligió otra vida. Y no es que me meta en su vida privada. Todo fue público. El se encargó personalmente de ventilar todos y cada uno de sus affaires como si fueran triunfos deportivos. Durante años no supimos si era futbolista o un socialitè.
Nos deslumbró en su debut como profesional. Poco le duró. Largos años después y tras miles de promesas sin cumplir nos vuelve a ilusionar con su despegue en la B italiana. Eso sí. Permítanme el beneficio de la duda.
Estamos hablando de la "Roja". Señores, por favor. Pónganse serios.

En La Puerta Del Horno...

por S.T. / De Media Chilena


U. Católica llegaba con el cartel de favorito. No era para menos: la gran campaña realizada a lo largo del torneo de Clausura del equipo comandado por Marco Antonio Figueroa era sencillamente notable. Había perdido un sólo partido durante todo el certamen (contando los playoffs), contaba con una defensa sólida, un mediocampo impecable y una delantera de temer. Mirosevic, Díaz, Silva y Gutiérrez asomaban como las grandes figuras de los cruzados para un título que parecía destinado a los cruzados.
En frente, Colo-Colo llegaba casi derrotado. Un semestre para el olvido bajo el mando de Hugo Tocalli que lo tuvo al borde de la liguilla de promoción y, además, del descenso directo. Un equipo muerto, que resucitó de quién sabe donde. Un equipo que de un momento a otro veíamos como pasaba a la final del torneo de Clausura para enfrentar a ese cuco: a la imbatible UC del Fantasma.
La ida había terminado 2-2, con un gol a último minuto de Hans Martínez para la UC. Los albos quedaron paralogizados y los fantasmas de los primeros meses de la "era Tocalli" volvían a aparecer sobre Pedreros. Pero la confianza estaba a mil. Al igual que en la UC, que con los 2 goles de visita ya comenzaban a probarse la corona. La llave estaba abierta y nadie quería darla por perdida.
Los equipos salían a la cancha del Santa Laura que, en esta oportunidad, iba a albergar la finalísima del torneo. Mayoría de hinchas cruzados, obvio: de las 17.000 entradas a la venta, 3.000 fueron para los hinchas albos. La UC con su tenida habitual y Colo-Colo de negro. Nada que ver con el futuro que se le venía.
Himno nacional que se escuchaba muy poco en el estadio, las barras cantando (irrespetuosamente, sobre todo) y nadie pescando. La gente quería ver fútbol.
Pablo Pozo pitaba y no iba ni un minuto de partido cuando el Santa Laura, sin toda la gente acomodada, estalló de júbilo cuando Rodrigo Valenzuela anotó el primer gol para la UC (específicamente a los 23 segundos de partido). Gol que lo dejaba cada vez más cerca del título y dejaba a Colo-Colo más herido de lo habitual.
Pero algo pasó después de ese gol. La UC, extrañamente, se echó atrás. Los jugadores no corrían y no metían como habitualmente lo hacen. Sí lo hizo Colo-Colo, que, herido, fue a buscar el gol que le diera el empate a como dé lugar, pero con algo que a lo largo del semestre no mostró en demasía: buen fútbol.
Así, a los 13 minutos ("el minuto de la suerte", como diría Palma) hubo un tiro libre de Macnelly Torres (previa falta de Jorge Ormeño) que fue a dar a la cabeza de Ezequiel Miralles. El portero cruzado, Paulo Garcés, alcanzó a manotear levemente el balón, pero no contaba con la astucia de Charles Aránguiz, que se cruzó como quiso por el área y la pelota le llegó chanchita a la cabeza y la metió dentro del arco. Era el empate transitorio para los albos que celebraban, puesto que poco a poco tenían la esperanza de llevarse el título.
La UC no apretaba el acelerador. Seguía metida atrás. Seguía jugando a cuidar el resultado, en vez de ir a buscar el partido para asegurar un marcador más abultado. Y dejaba jugar tranquilamente a Colo-Colo, que seguía acercándose a la portería de Garcés, como avisando que algo más quedaba antes de terminar el primer tiempo. Y así fue.
Esteban Paredes (la figura de la tarde) ya había avisado un par de minutos antes con un disparo que Garcés manoteó como pudo. Pero ahora Paredes no se la iba a perdonar: arrancó casi a mitad de cancha, eludió a cuanto rival se le cruzó (con túnel a Hans Martínez incluído) y definió ante la salida apresurada del meta cruzado. Golazo. Era el 2-1 para Colo-Colo y la cuenta de ahorro de la UC ya se había agotado.
Al comenzar el segundo tiempo, la UC se acordó que estaba jugando una final. Apretó el acelerador con todo, en base a que ahora Colo-Colo era el que estaba esperando el momento propicio para el contragolpe.
El amor propio de la UC pudo más. Y sobretodo el coraje del Pajarito Gutiérrez, que buscó el gol durante todo el partido (de hecho tuvo un tiro en el travesaño a los 39 del primer tiempo) y a los 21 de la segunda mitad tuvo su premio, mediante un genial cabezazo que dejó perpleja a la defensa colocolina y a Cristián Muñoz, el portero albo. Era el 2-2 para la UC y esto llamaba al alargue.
La alegría no le duraría nada a los cruzados, ya que al minuto vendría un tiro de esquina servido por Macnelly Torres y Esteban Paredes se elevaría cual Iván Luis Zamorano Zamora (??) para clavar un cabezazo casi al ángulo y estructurar el 3-2 que, a esas alturas, parecía definitivo. Pero quedaba mucho paño que cortar.
El partido se volvía de ida y vuelta. La UC buscaba pero cada vez con menor intensidad y Colo-Colo buscaba el gol que le asegurara un campeonato para sellar un semestre, en un comienzo, nefasto.
Y el grito definitivo de desahogo lo otorgó el paraguayo Cristián Bogado (que entró por Paredes), quien definió sobre el portero Garcés para anotar el cuarto gol para Colo-Colo. Se sellaba la goleada por 4-2 y el elenco albo bajaba la estrella 29. Y la UC nuevamente se quedaba con las ganas de celebrar su décimo título.
Tocalli desahogaba su alegría y celebraba como un niño junto al presidente colocolino Gabriel Ruiz-Tagle. Era el desahogo para un semestre que comenzó mal y terminó de la mejor manera.
Colo-Colo celebra y a la UC nuevamente se le quemó el pan en la puerta del horno...