por Sebastián Torres / De Media Chilena


Juan José Morales celebraba como enajenado mental. Por su parte había llegado el tan ansiado gol del empate que mantenía a su equipo, la Universidad Católica, como el único invicto del Torneo de Clausura y la fiesta se desataba en el Santa Laura, donde Palestino, su rival de turno, hacía de local.
Sin embargo, Carlos Chandía, gracias a la insinuación de su asistente, anuló el mentado gol y, gracias a esto, Palestino seguía ganando por 1-0.
Todo lo anterior ocurrió en el minuto 90. Carlos Chandía indicaba 3 minutos de descuento y todo parecía que era coser y cantar para los dirigidos del "Mortero" Aravena. Los pasapelotas no aparecían, Roberto Bishara se retorcía de dolor en el suelo como si le hubiera llegado un balazo y, como sale en el manual del equipo que hace tiempo, Aravena había guardado el último cambio para el final con el fin de quemar los últimos minutos que le quedaban al partido: Álvaro Sarabia ingresaba por Héctor Tapia.
Al final, a Aravena le salió el tiro por la culata. Gracias a su "jugada maestra", Chandía adicionó un minuto más a los 3 que ya había dado de descuento. Y gracias a esto, J.J. Morales pivoteó en el área, la pelota le quedó mansita a Roberto Gutiérrez quien anotó el gol del empate para la Católica y así salvar su invicto.
Pitazo final luego del gol de Gutiérrez y los palestinistas se abalanzaron sobre el colegiado. Chandía solo se limitaba a conversar, mientras los árabes reclamaban y reclamaban y los cruzados celebraban.
Al final, el invicto quedó para la UC, mientras Palestino se quedó con la amargura de un empate que, para ellos, tiene sabor a derrota. Sobretodo si fue por secretaría.