por Sebastián Torres / De Media Chilena

Por pavos. Por pelotudos. Por weones. Póngale el calificativo que quiera, pero pocas veces una derrota ante Brasil ha sido tan frustrante como ésta. Ya, saquen en cara el 5-0 que nos propinó en las eliminatorias pasadas, el 6-1 de la Copa América de Venezuela y el 3-0 que nos dieron en Santiago el año pasado, pero ayer pasó algo que en esas derrotas no ocurrió: Chile jugó relativamente bien.
Da lata pensar que el 4-2 con el que terminó el partido en favor de Brasil, pudo haber sido perfectamente a favor de Chile. Si la defensa no hubiera paveado (como en toda esta pasada clasificatoria) y hubiera estado más concentrada, quizás la historia habría sido otra. ¿O me van a decir que el gol de Julio Baptista fue 100% mérito de él? No, señor. Fue casi un 30% mérito del brasileño, y un 70% error de la defensa chilena (¿no entienden que en esos casos hay que reventarla como sea?). Para qué decir Nilmar, que siempre le ganaba las espaldas a cuanto defensa chileno lo estuviera marcando. No por nada, se anotó 3 goles. Y dos de esos goles fueron malos marcajes de la retaguardia roja.
Al resto del equipo no se le puede criticar casi nada. Quizás su excesiva displicencia al momento de armar las jugadas ("¡suelten la pelota!", gritaba un familiar mío, una y otra vez, anoche), pero siempre estuvieron atentos para poder crear peligro en el arco de Julio César.
Qué ganas de tener esa solidez que muestran los brasileños cada vez que se ven apremiados. Anoche, Brasil tuvo su media hora de gloria en el primer tiempo, pero no más que eso. Luego, Chile estuvo la mayoría del partido dominando la pelota. Incluso, se escucharon unos "ole", de parte de la barra chilena, minutos después del gol del empate de Humberto Suazo.
Por eso es frustrante la derrota. Porque perdimos de puro pavos. Porque fueron errores que ya se habían mostrado en el partido con Venezuela y, perfectamente, se pudieron haber evitado.
Pero bueno. Ahora se viene Colombia. Y un triunfo nos dejaría, por fin, en Sudáfrica. Y nosotros, los hinchas, debemos cumplir con nuestra misión: apoyar con todo.