por Juan Manuel López

Alguna licencia nos teníamos que dar para escribir de otra cosa que no fuera fútbol. Y qué mejor que hablar del retorno de Chile al Grupo Mundial de la Copa Davis. Logro que por un año entero nos fue esquivo por culpa de los equipos de Rusia e Israel. Pero bueno, estamos de vuelta y eso es de lo que hay que estar felices.
Fernando González hizo lo que tenía que hacer. Una victoria contundente ante un jugador sin pergaminos como Chris Guccione. Un 7-6 7-5 y 6-3 que le da otro motivo al país para seguir celebrando después de las Fiestas Patrias. Y vaya qué motivo.
Pero este logro no es solamente gracias a Fernando González. Sí en una gran parte, pero nunca en su totalidad, porque el equipo chileno siempre fue unido. Siempre todos tuvieron algo de que preocuparse. Siempre tuvieron un papel que jugar dentro del funcionamiento del equipo. Son un equipo unido y es de esperar que así lo sean cuando llegue el momento de debutar. nuevamente, por el Grupo Mundial.
Pero Nicolás Massú también tiene pito que tocar, ya que él fue quien abrió la senda del triunfo, precisamente, ante Chris Guccione. En un partido sufrido, pero redondo para el viñamarino, pudo reencontrar parte del nivel que lo llevó a ganar las medallas de oro en Atenas. Y esto lo llevó a ganar el primer punto de la serie. Cabe recalcar el buen nivel que mostró el "Nico" el partido del dobles, junto a Fernando González. Nunca dio una pelota por perdida y, a pesar de la derrota de ese partido, fue un aliciente de que el "Nico" está dispuesto a retomar su verdadero nivel.
Y ahora se viene la primera división del tenis mundial. España, Estados Unidos y Argentina, entre otros, nos esperan para la primera semana de marzo. Esperemos que, para aquella oportunidad, el tenis chileno pueda seguir dándonos más alegrías de las que ya nos ha dado. Amén por ello. A celebrar.
¡Viva Chile, mierda!